Me gusta la literatura coreana. No he tenido muchas
ocasiones de poderla disfrutar completamente porque entre que es difícil
encontrar libros coreanos y que justamente por aquí no es que sean muy baratos,
lo complica bastante. Pero una de las mayores ilusiones que tengo al aprender
el idioma es poder leer los libros en coreano ya que desgraciadamente al ir
traduciendo de un idioma a otro se pierde parte de la magia que transmiten las
palabras. Libros propiamente dichos solo he leído el de “Por favor cuida de mamá” y algún que otro relato o poema, aunque de momento ya le he echado el ojo
a algunos libros de poemas y cuentos populares por internet que nada más ahorre
un poco serán míos!!!
Pero esta entrada tan alejada del tema de la cocina
la escribo particularmente por un poeta, Yun Dong Ju (윤동주). Mientras
estuve por Corea pude visitar muchos de los lugares turísticos por mi cuenta,
así que intentaba que cuando quedaba con alguna de mis amigas me enseñasen sus
lugares favoritos... fuera de rutas turísticas.
Una de
ellas me llevó a la colina del poeta Yun Dong Ju y me explicó que le gustaba
venir aquí cuando se agobiaba o necesitaba pensar. El lugar está situado en
unas de las colinas de la montaña Ingwang y se puede ir fácilmente con los
autobuses 7212 y 1029 (esto tampoco lo sé 100% seguro xDD). En esta colina se
encuentra un edificio dedicado al poeta con pequeños textos, fotos... y luego a
través de un sendero podemos subir a lo alto de la colina. Tuve la mala suerte
de ir en pleno invierno, por lo que las vistas eran bastante grisáceas, pero
aún así podías disfrutar de la visión de la ciudad cubriendo el horizonte (aunque con los árboles floreciendo seguro que será 1000 veces mejor... espero poder vovler!). Es
otro bonito lugar para observar Seúl, opuesto a la sobrecomercializada y llena
de gente N-Tower.